sábado, noviembre 13

Son de mármol las mesas...

Princesa,

son de mármol las mesas, y de forja las sillas. Hay humo, y aroma a caliqueño y a celta corto. El ruido se cuela entre las pajaritas negras que adornan los cuellos de las impolutas camisas blancas de los camareros. Ninguno de ellos cumplirá ya los cincuenta. Las paredes repletas de fotografías con decenas de ojos de fantasmas que parecen escrutarnos con miradas venidas desde cementerios de tertulias lejanas.

Tu bolso descansa en la tercera silla de nuestra mesa, junto a tu abrigo, largo, negro con pinceladas de naranjas y verdes. Tu cuerpo vestido con un traje chaqueta azul marino, camisa beige, medias oscuras y zapatos de tacón. Tu cuello enredado por un collar de perlas, a juego con los pendientes  que esconde tu larga melena ondulada. Maquillaje justo y labios y uñas pintados de un rojo bermellón. Tu sonrisa siempre desnuda, tu palabra siempre vestida del adjetivo preciso. El cenicero de nuestra mesa, está repleto de cigarros fumados por labios extraños.

Yo he vestido de oscuro los nervios previos al encuentro, traje, corbata y un pañuelo que asoma tímido por el bolsillo izquierdo junto a la solapa de la americana. Salí de casa, despidiéndome con una mirada presumida en el espejo. Me siento joven. Dicen y no les falta razón, que uno siempre tiene la edad de la mujer que ama.

Y observo tus ojos reflejados en el tintenear de una cucharilla de plata que da vueltas a un café con leche tibia. Nuestros días y sucesos no salen en los periódicos, pero contados aquí y ahora, adquieren la trascendencia de noticia a cuatro columnas, de la primera plana de nuestra vida. Estamos vivos, y nos reímos en la sonrisa del otro. El tiempo se detendrá antes que iniciemos un corto paseo... como antesala a un hasta pronto acompañado de dos besos en la mejilla, con la incertidumbre de no saber si habrá o no un próximo café.

Así es el amor... El amor vive en las cosas sencillas, sin ornamentos ni faustos, y así me gusta amarte, a la sombra de la vida. Sin pensar nunca en el mañana. El amor siempre es hoy. Y no lo olvides, al día siguiente que pensemos en el mañana, el amor no hará sino iniciar su breve camino al cadalso de la rutina.

Buenas noches, Princesa

Te besa,

Tu Mosquetero

2 comentarios:

  1. Es cierto..que certeza mas clara.."el amor siempre es hoy"..tendriamos que gritarlo a todo el mundo y que lo enseñaran en los colegios....para que se salga de esa rutina de falta de sentimientos y de esa falsedad de vivir un mañana lleno de nada...dices verdades muy grandes mosquetero

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  2. "...así me gusta amarte, a la sombra de la vida..."

    Y en esa sombra es donde más se vive...

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