martes, enero 11

Hoy el amor se llama distancia...

Hora est iam de somno surgere.
Vulgata. Romanos 13, 11.

Princesa,

hoy el amor se llama distancia, y hoy la distancia, se llama soledad. La noche se sigue llamando noche, mientras el verbo se conjuga despacio y el adjetivo se condena a esculpir emociones entre el gris y el rojo.

La distancia entre los días que pasan y tu cuerpo, es hoy la causante de mi insomnio, que tras cada esquina de recuerdos, trata de encontrarse con tu sonrisa y tu sorpresa.

Sabes, esta noche, tengo una luna en mi ventana partida en dos, para recordarme a tus ojos, que brillan lejos, en esos paisajes que para mi, solo son retales de un atlas deshojado y descolorido. Mis ojos nunca viajaron lejos ni cerca, pero a ojos cerrados, mi alma te persiguió por esas viejas páginas de mapas, para recostarse en el recuerdo de tu voz. Y allí me escondo, y te acaricio suavemente la piel, como si mis dedos fueran brisa, y tu cuerpo un mar de arena fina, que espolvorea mi aire agitando un deseo intenso de no abandonar nunca ese sueño que siempre es tan real...

Y llegan los segundos rayos de sol, para esconder tras su luz la luna y tus ojos, y para empujarme otra vez, a la condena de la rutina de mis días...

Esos días que mañana, como ayer, se seguirán llamando tristeza, pero mientras, los sueños, se seguirán llamando esperanza...

Buenas noches, Princesa

Te besa,

Tu Mosquetero

1 comentario:

  1. Cuanta tristeza,cuanto extrañar, cuantos sueños esperanzados, desgastados en el tiempo, pero intactos en el sentir.
    Este escrito es una cascada de sentimientos, que nos pasea en la geografía de una princesa que no conocemos, mas que por tus palabras.Bien logrado!!!

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