Princesa,
la vida me descubre cansado. Cansado de buscarte en cada piedra que tuerce mi camino y en la música que negocia suspiros a mis silencios. Te he buscado en mis palabras y en las que otros escribieron.
He aprendido que todo se puede dibujar con palabras, pero media un abismo entre lo escrito y las realidades que desgraciadamente equipan nuestros días.
En las palabras cabe el amor y la armonía, así como caben la amargura y la soledad... todo cabe en ellas, porque siempre existirá un viento capaz de guiarlas hacia un recoveco del olvido... Y allí, allí es donde vuelan mis palabras, porque ese viento nunca conoció tu rumbo ni tu senda... ese viento nunca supo llevarte mis susurros, y hoy lo maldigo invitándolo a mi sueño de lluvia de cristales rotos...
Remitente de palabras cansadas, así me descubre el destino. De esos cansancios, que la vida me dispersa a buscar, y que solo persiguen acomodar mis días, convocándome a sencillos funerales de palabras remotas.
Mi vida continúa escupiendo pedazos de sueños rotos plasmados en papeles que empiezan a amarillear, y en los que ya no sé, si caben tu sonrisa y tu mirada.
Las palabras surgen fracturadas, ellas solas se entrecortan y se solapan, mientras a mi alma, nadie le ha detallado si perseguimos juntos un amor imposible, o si por el contrario, caminamos carcomidos por una ilusa espiral que nos ha generado el destino...
Remitente de palabras cansadas... de palabras cansadas...
Buenas noches, Princesa
Sí, a veces las palabras cansan, agotan, cuando salen a buscar aquellas respuestas que no precisan de palabras...
ResponderEliminarMosquetero no te canses...que las palabras si son de amor siempre traeran cosas buenas....
ResponderEliminaramoris irae amoris integratio sunt
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