Princesa,
descuidé arrancar las malas hierbas, y los baobabs habitaron mi hogar hasta desalojarme.
No puedo volar lejos, es muy difícil con un ala rota y mal curada, únicamente puedo tratar de subirme a una corriente cálida, y que sea ella quien otorgue un nuevo rumbo a mis días...
No quiero volver a habitar un hogar solitario, relamiendo heridas en la oscuridad, viviendo en los recuerdos y soñando vivencias... Un hogar sin sonrisas, un hogar a gritos de silencio, con charcos de lágrimas en todas las estancias... Un hogar sin ventanas abiertas, con nieblas que impiden ver sus paredes, y arropado cada noche con amarillentas y roídas sábanas...
Por eso trataré de acostarme en esa corriente cálida, y dormirme en ella, para quizás despertar convertido en sueño que me reencarne en semilla. En semilla de un rosal que florezca en tu ventana, y que esa rosa de pétalos rojos, sea capaz de arrancarte un suspiro con el aroma de mi recuerdo... y después, me marchitaré, para habitar el descanso eterno vestido de sonrisa...
Buenas noches, Princesa
te besa
tu Mosquetero
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